jueves, 6 de mayo de 2010

Cádiz intentará que ‘La Pepa’ sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad antes del Doce


La cuenta atrás ha comenzado. El Ayuntamiento de Cádiz confirmó ayer su intención de lograr que la Unesco declare a la Constitución de 1812 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad antes de su bicentenario.


La idea de presentar la Primera Constitución Española a la obtención de dicho nombramiento fue motivada en gran parte por Edgar Montiel, representante de Guatemala en la Unesco, quien resaltó durante la reunión que tuvo con el portavoz del Consistorio presidido por Teofila Martínez, Ignacio Romaní, en su visita a la capital gaditana hace un mes la importancia intercultural que supuso ‘La Pepa’ en su día y viéndolo un factor digno de tener en cuenta durante el proceso de selección para optar al título.

La observación de Montiel fue a más según comentó Ignacio Romaní y es que el representante guatemalteco ofreció algunas recomendaciones, si de verdad tenía interés el organismo municipal de que ‘La Pepa’ fuese reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, al plantear que el proyecto emplease documentos sonoros y visuales además del soporte en papel. Además la petición debía recalcar el papel de dicha Carta Magna como origen tanto del concepto de nación española como del desarrollo de otros ordenamientos.


A pesar de esas ideas se presenta un camino difícil. La petición del Ayuntamiento local debe ser presentada al Gobierno Central por la Junta de Andalucía para que este realice los trámites necesarios ante la Unesco. El expediente, tras ser aceptado por el organismo internacional, pasará a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad para ser estudiada por la comisión correspondiente como paso previo a su inclusión en la lista de candidatos de 2012.


De lograrse, ‘La Pepa’ dejaría de ser recordada para la posteridad a través de monumentos, museos o legajos, es decir, objetos materiales que pueden perderse con el paso del tiempo, sino también gracias a uno de los mejores títulos, si no el mejor, que un acontecimiento puede recibir para quedar grabado a fuego en la memoria generación tras generación. Además la Constitución de 1812 pasaría a tener el mismo reconocimiento del que gozan el flamenco, el misterio de Elche o el Silbo Gomero.